lunes, 3 de agosto de 2015

Sin mirar atrás

Como puede ser que al final del día siempre acabe extrañándote? He renunciado a escuchar música, Si toda la música que me gusta suena a ti y me niego a escuchar esa mierda del reggeton. Si cada que termino un nuevo libro me sorprendo contándoselo a tu ausencia. Siempre tan grande. Nunca bien llevada. Ayer tuve un sueño gracioso. En el aún eramos amigos. Como siempre, estábamos ebrios. Imbuidos en esa melancolía tan nuestra. Crepitaban las olas y la silueta de algo próximo nos helaba las entrañas. Nunca aprendimos a andar! Sonaba el rock & roll y nosotros queríamos gritar. Me acomodaste el cabello. Ya para ese entonces yo conocía el final. Tenías la mirada dulce y yo el corazón duro. La sonrisa boba pintando tu rostro. Me partía los pulmones. Y creo que lo sabías, ambos éramos conscientes de la hecatombe. Pero el conocimiento nos quedaba grande. Le despreciaba. Supe lo que harías antes de que lo hicieras. Traidora tu mirada. Torpes tus manos. Me besaste. Te temblaban los labios, o me temblaban a mí? Dos lágrimas no te hacen justicia. El silencio roto por las olas al chocar contra la arena. El murmullo del viento y de nuestra amistad ajada. Llena de fisuras. La poca luz de una luna taciturna. Y la ausencia de la lluvia que tanto nos gustaba. Cuando apoyaste tu frente sobre la mía, no hubo regreso. Habías dado el paso que tanto habíamos evitado. Jugamos y perdimos. Acariciaste mi rostro con tus dedos largos. Podía sentir tu aliento. Fui consciente de tu dolor. Yo también lo sentía. Te abracé fuerte. No respondiste mi abrazo. Tus brazos caídos. Se negaban a atender. O se morían por hacerlo. Tus puños eran prueba de ello. Las palabras sobraban. Cualquiera hubiese sonado lejana y vacía. Te obligué a responder. Pensé que sí te abrazaba con más intensidad... Sabía de lo imposible. Y lo acepté. Deshice el abrazo. Te memorice por última vez. Tu mirada gélida. Llena de dolor. Tu chaqueta que nunca dejabas y que nunca me gustó. El polo de nuestra banda favorita y que juntos compramos. Vestías de recuerdo. Siempre memorable. Y me marché. Sin volverme. Sin mirar atrás. No he vuelto a soñar contigo. Te extraño maldito desgraciado.

viernes, 16 de enero de 2015

CREO QUE A NUESTRA AMISTAD TODO LE SALIÓ MAL

Ya veo lo que podrías decir y es que ni una promesa te he podido cumplir; pero no puedo mantenerme aquí, pues nuestra cercanía se ha vuelto insostenible. No porque lo quiera yo sino porque duele mucho y no del dolor físico que perfectamente se puede soportar (ya sabes de lo que voy) sino porque me parece un golpe bajo a la que alguna vez fue nuestra amistad. Y aunque tal vez no soy la mejor de los dos, tú cargas culpa en este fragmento de corazón; pues ya no me hablas, ya no me miras. Nuestra camaradería es una sombre ahora desnutrida.
Me alejo porque ya no se puede estar más lejos, pues tú lo has decidido así, ya no nos caben las tonterías! Soy consciente de que es lo mejor, que de los dos, yo siempre fui la peor!
Pero qué sentido tiene tanta melancolía, si aún no me voy  ya te empiezo a extrañar? Si cuando llegas, sólo espero que hables de cosas sin sentido, de nuestras locuras del día a día. Si cuando tengo ganas de beber, mi teléfono tiene marcación automática y recuerdo que ya no me compartes ni una copa, y ya no me besas las manos cuando se me ocurre alguna genialidad (de ésas que sólo nosotros entendemos) Si cuando me besa la ansiedad ya no encontraré la tuya que le haga compañía pero la música siempre te traerá, traidora de tu decisión, a mi costado.
Culpa es de mi amistad y de la intensidad de tu inocencia que siempre te lleva a enamorarte de las peores personas que se te cruzan, de las que sólo te pueden hacer sufrir para aprenderse a sí mismas.

Y es que creo que a nuestra amistad, todo le salió mal…

sábado, 27 de diciembre de 2014

llevo...

Llevo la voz dentro de mí y mis ganas de lograrlo todo pesan en los huesos. Estas costillas ya no sienten ganas de fluir, porque se cansaron de mantenerme las entrañas y mi pulso sólo quiere dormir. En esta, su noche de insomnio; lleva tiempo a la deriva y se le van cayendo los demonios.
Me mantengo despierta aun cuando voy cansada de hacerlo, en este claro de arena, y tres vasos de sangría no logran acunarme, si no me alcanza para el whisky por lo menos he de emborracharme. Pero es incierto, aunque los días cíclicos y las noches vacías; nunca con tantas ganas de arrancarme las ojeras y los tatuajes que parecen mirarme con obstinación en burlas de a de veras.
Cada segundo transcurrido es un grito de agonía, si tengo miedo de que la lluvia no voltee a mirarme aun cuando  yo sólo me dedique a enamorarle y siempre termine dibujando una lágrima en mi mejilla.
Cómo he de parar, si he cruzado el umbral del absurdo, que fácil es perderse en un mundo soñado hace mucho, cuando sonrío frente al espejo y no trato de hacer más que sobrevivir desde lejos. Porque el aire es hielo que corta mis pulmones y mis cigarrillos no hacen más que empeorarlo, quién puede arrancarme los dolores? cuando mis ojos se niegan a cerrarse y mis pies caminan en automático, las canciones y locuras de antes que ahora vuelan  en instantes tácitos.
La melancolía que se viste de gala haciéndole reverencia a mis pestañas cuando se justifican los ayeres que sólo esperan a que despiertes, y una realidad tirana va saboteándote las migas de un sueño que adolece. Va oscureciendo, la brisa te revienta el diafragma y nunca entiendes como deshacerte de la resaca; pero sigues, a paso de obstinación, de capricho, prefieres subirle el volumen al rock para acallar los entredichos, nunca amables, jamás oídos.

Cómo escapar del enemigo, si se te vuelve ansiosa la humanidad y ya no quedan amigos. No piensas con claridad, todo se pone gris y los epitafios te dan mejores consejos.

martes, 23 de diciembre de 2014

... a las 2 de la madrugada

Siempre amaneciendo dormida, me levanto queriendo vivir otras vidas,  porque cada día el vértigo me ha dejado dolida. Cuando los silencios son una plaga y mis días empiezan a las dos de la madrugada.
Formo parte de un ejército de imbéciles, de miserables, aguantándose la cordura en un afán de callar aquella voz de la conciencia que cada vez se vuelve más dura. Corriendo siempre por garchar el tiempo, danzando siempre a premura.
Pero qué de malo tiene soñar en insomnio? Aunque los minutos llegan caducados y termines siempre estrellado.
En una sociedad en donde todos quieren algo y nadie regala nada; pues hasta las sombras que nos acechan nos sacan los intereses, nunca mal devengados.
Voy bebiéndome mis ansias, jugando al profe de andanzas; cuando en realidad las resacas me tienen de a malas. Muchas ausencias, pocas nostalgias.
Será que se me pone gris el destino cuando escribo o escribo cuando me deprimo?
Si las tristezas se me agrupan en el alma y los abrazos siempre me dan migraña, quién aguanta mis desvaríos? Siempre renegando de adolescentes en amoríos.

Nada de eso importa,  casi nunca llego a la mañana y las cortinas sólo ruegan a que salte por la ventana.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Siempre hay algo que ver después de los créditos...

Siempre hay algo que ver después de los créditos,
Pero llega un momento de la película en el que te encuentras sin observar realmente
Y no estas allí en realidad, 
Y todo sucede a blanco y negro,
Las risas, las conversaciones sin sentido, 
Irrelevantes, ajenas a ti
Te mantienes tras un velo invisible pero rígido
Impotente, cruel
Y duele…
Pero ni siquiera puedes llorar
Eres incapaz
De hacerle frente,
Llega el momento, cuando caes de cuenta del absurdo,
Reniegas de esta elaborada farsa,
Insoportable,
Tratas de huir, pero es inútil;
Te envuelve, cual vórtice cíclico, voraz,
Tengo el alma compungida,
No puedo soportarlo más,
He tratado de llegar al final,
Supongo que este es el mío…
La película deja de tener sentido
Y no puedo esperar a los créditos.


martes, 11 de noviembre de 2014

...y nos jodimos a letras

Y nos jodimos a letras,
en poemas inconclusos
intentando imaginar
algo que no sucedió
condenado al fracaso
y aunque siempre lo intuimos
nos empeñamos en lo imposible
pero es que
siempre ha sido tan bello
lo que no puede hacerse
que nos perdimos
en ese vórtice inefable
que siempre fuimos los dos
juntos
tan parecidos
pero siempre diferentes!
Y allí estábamos
jugando
una partida destinada al fracaso
por
incompatibilidad
de
similitudes,
a lo loco
siempre a lo loco.
Pero es que
como resistir a nuestra locura
si la tuya
siempre incitaba a bailar
a la mía
y aunque nunca
aprendí a bailar
contigo
me las ingeniaba
para bailar-te
Sí,
te bailaba
en mi cama
y en mis letras mudas,
porque
si he de confesarte algo,
es
que no pude escribir
ni una jodida letra a tu lado,
pero creo
que eso ya lo sabías
y te gustaba,
esa,
mi incapacidad literaria,
de la cual
solo tú eras responsable
y pues ves
ya no nos saludamos
y si nos encontramos
solo hay esa añoranza
de lo no obtenido
de un sueño fugaz de infancia,
de felicidad
perdida
aún con la certeza
de
no haberla podido encontrar
y pues
yo aquí
tu allá
jodiéndonos

a letras…


viernes, 31 de octubre de 2014

HALLOWEEN

Voy caminando por la calle, es otro día gris. Me gusta esta soledad autoinducida, mi panorama es lúgubre pero no me quejo, cargo deseos de beber.
Apenas he salido de casa y ya me he topado con quince niños tontos que bailan al son de una pulla repetitiva y absurda que nada tiene que ver con su cultura. Se les ve contentos sin reparar en que mañana les dolerá el estómago y se les pudrirán los dientes. Odio su energía insana.
Vuelvo el rostro, me coloco los audífonos. Hoy escucho música criolla, a pesar de que sólo la escuche por este día y sabiendo que me entrarán ganas mayores de beber. No importa. Le hago guerra silenciosa a la muchedumbre. Sonrío desquiciada riéndome de una situación que sólo yo entiendo.
Cruzo la calle, tres niños visten de negro, simulan a la muerte contentos. ME hace preguntar si cuando mueran sus padres, sus hermanos o ellos mismos, también sonreirán.
Otros van de princesas y caballeros, aunque nunca hayan visto alguno real. Quien no quisiera el ánimo de un niño.

Sigo caminando y veo tres señoras quejándose porque un hombre se niega a entregarles dulces para sus hijos. Me quedo observando, el hombre les recrimina que le enseñen cosas tontas a sus hijos en lugar de ponerlos a estudiar, las viejas brujas casi se le van encima. Es un cuadro gracioso, desearía traer una cámara para registrar la estupidez humana pero luego recuerdo que puedo encender el televisor por la mañana o ver el periódico al día siguiente. Repudio a la gente estúpida, pero nunca importó tanto como ahora. Subo el volumen de la música y continúo mi camino. Probablemente termine bebiendo a la salud de un día que detesto.